¿Que precio en una sociedad justa tendría un café? Contando desde el lugar de cultivo hasta el camarero que lo sirve.

Al hilo de los precios. En el Prat, tomaba un café con leche, con una madalena de bolsa, por 1€. El bar lo llevaba una chica de aquí... ha cerrado.

No se ve.

Ni la de Neck

JOKE FAIL

Las mías ya se ven.

Joder, con eso no se vive.

Gracias.

Ya lo supongo.
También tiraba precios, la chica del bar, en otras cosas, pero la clientela habitual no pasaba de la docena. Algún dia me puso bizcocho casero en lugar de la madalena.

Pizza de nocilla y lacasitos. Qué hijos de puta.

Voy a abrir un bar con el dinero de la indemnización - pero, ¿tú sabes de hostelería? - No, pero se aprende rápido.

Ese es el inicio. Luego hay variantes.

a) "Sí, un local de calidad, una tetería, que no hay ninguna en el barrio (¿por qué será ) y con tés de primera calidad y pastitas. Eso tiene que funcionar (en tres meses sirve seis tés y cierra)."
b) "Sí, un bar con precios buenos, que no veas como se sobran por aquí. Ya he hecho una lista de precios y bares y el más barato tiene la caña a un euro. O sea, que yo a noventa, no, ochenta céntimos" (tiene que racanear en calidades, surtido, limpieza. Sirve muchas cañas, los números no le salen y cierra).

cuanta sabiduría alberga excolar

Te dejas esa variante postmoderna de coctelería aka sitio de gintonics en la que quieren que pagues 12 euros por un gintonic con todas las hortalizas del campo y hierbajos del monte existentes.

Buah. Me dejo unos 8.000 modelos todos igualmente exitosos: bar de copas, tapas variadas, chocolatería...

Hay un cuento de Monzó que, así, resumido, cuenta que al prota le gusta ir todos los domingos a desayunar un bocata de tortilla en un bar donde lo hacen de lujo. Un día llega y los dueños ya no están: hay otro pavo de esos de la indemnización, que le sirve la tortilla y le sabe a pescao. Le da dos bocados y el dueño se la lleva sin preguntar si le ha gustado o no. Al salir ve que está haciendo gambas sobre la plancha donde ha hecho la tortilla.

A partir de entonces, todos los domingos va al mismo bar, pide la tortilla, le da dos bocados, el dueño se la lleva sin preguntar y él intenta averiguar a qué pescao sabe la tortilla ese día.